Protocolos anestésicos en mascotas: ¿Qué debemos considerar?
Las mascotas como los perros y gatos pueden pasar por procedimientos donde se elija un protocolo anestésico acorde a cada paciente y circunstancia. ¿Cómo realizar un buen manejo anestésico y qué debemos considerar?
Actualmente, son necesarios y comunes los procedimientos en la clínica veterinaria que requieren del uso de anestésicos. El manejo del dolor, tratamiento de heridas, cirugías electivas (ovariohisterectomía en hembras u orquiectomía en machos), cirugías programadas o de emergencia, entre otras, son algunos ejemplos.
Para realizar un buen manejo anestésico en las mascotas, se debe instaurar un protocolo que considere las variables asociadas al paciente, al procedimiento a realizar y a las condiciones de cada tutor.
La evaluación preanestésica: un paso fundamental
Para todo protocolo anestésico en mascotas se requiere obtener información básica que brinde seguridad y un manejo correcto de los procedimientos. En primer lugar, se debe construir una anamnesis e historia clínica completa del paciente. Para ello, se deben recopilar antecedentes de enfermedades, cirugías previas, protocolos anestésicos usados anteriormente y los datos básicos del paciente (raza, edad, vacunas, desparasitación).
En segundo lugar, hay que realizar un examen clínico completo para obtener información del estado actual del paciente y detectar posibles patologías o alteraciones. Para ello, el examen debe enfocarse en el sistema cardiovascular ya que juega un papel clave en el protocolo anestésico, así como la exploración física completa.
De forma complementaria, el veterinario(a) puede considerar exámenes como radiografías o ecografías si hay sospecha de alteraciones a nivel interno de las mascotas, o exámenes de sangre. Igualmente, el análisis de los componentes sanguíneos incluye la evaluación de la línea roja, línea blanca, proteínas totales, glucosa, urea, enzimas hepáticas, entre otros.
Esta información recopilada permite clasificar al paciente de acuerdo con los criterios ASA (American Society of Anesthesiologisth Physical Status) para elegir el mejor protocolo anestésico a utilizar. Esta clasificación se divide en:
- ASA I La mascota está sana
- ASA II El paciente tiene una enfermedad sistémica leve
- ASA III El paciente tiene una enfermedad sistémica de moderada a grave
- ASA IV El paciente presenta una enfermedad sistémica grave con riesgo para su vida
- ASA V El paciente es un animal moribundo que probablemente no sobrevivirá más de 24 h, independientemente se realice o no algún procedimiento.
- E Emergencia
Premedicación: el primer paso del protocolo anestésico
Dentro del protocolo anestésico, la premedicación busca que la mascota pueda tener un estado de calma durante los procedimientos. Esta fase dentro del protocolo anestésico permite que el veterinario manipule sin estrés a los pacientes.
Por otro lado, la elección de los fármacos en la premedicación busca reducir el dolor (efecto analgésico). Asi mismo, la premedicación optimiza la fase de inducción al estabilizar los parámetros fisiológicos y reducir la dosis de los anestésicos inyectables o inhalados. Garantizar un buen manejo de la premedicación también agiliza la recuperación anestésica del paciente paulatinamente.
Entre los fármacos más utilizados se encuentran la Acepromacina (grupo fenotiazinas), la xilazina (grupo alfa-2-agonistas), el midazolam (grupo benzodiacepinas) y la ketamina (grupo Antagonistas NMDA).
Por otro lado, también es común realizar analgesia con fármacos del grupo de los opioides como el fentanilo (agonista puro) o la buprenorfina (agonista parcial).
Finalmente, dentro de la premedicación en un protocolo anestésico también se debe tener disponibilidad de fármacos antagonistas que contrarresten los efectos de otros fármacos. Entre los antagonistas de un protocolo anestésico está la naloxona (antagonista de opioides), el atipemazol (antagonistas de los alfa-2-agonistas) y el flumazenilo (antagonista de las benzodiacepinas).
Los protocolos que utilizan fármacos como alfa-2-agonistas o ketamina deben restringirse en hembras preñadas, debido a efectos adversos sobre la hembra y los fetos. En su lugar, se opta por usar en los protocolos Propofol o Isoflurano para reducir la mortalidad materno-fetal en mascotas.
Inducción y mantenimiento en la anestesia de mascotas
Las mascotas dentro de un protocolo anestésico en fase de inducción requieren de preoxigenación y manejo de la vía aérea. Los anestésicos son reconocidos como fármacos depresores del sistema cardiovascular. Por ello, es necesario poner un tubo endotraqueal de acuerdo y manejar la vía aérea según el paciente.
Así mismo, en la fase de inducción del protocolo se puede usar una amplia gama de fármacos para generar anestesia en el paciente.
Entre los fármacos de inducción más usados en mascotas sanas está el Propofol, la ketamina y la alfaxalona. Por otro lado, en pacientes ASA IV o con falla cardiaca congestiva se puede utilizar etomidato o fentanilo combinado con una benzodiacepina, siempre ajustando la premedicación según cada paciente.
El mantenimiento anestésico se puede realizar con fármacos inhalados o inyectables. En el primer grupo, se usa comúnmente isoflurano mediante una máquina de gases que, a través de un tubo endotraqueal, permite el intercambio de gases anestésicos, oxígeno y dióxido de carbono en la respiración del paciente.
Por otro lado, entre los agentes anestésicos inyectables usados en la fase de mantenimiento están el Propofol, la ketamina, diazepam o alfaxalona. Estos fármacos se administran en infusiones intravenosas continuas, ajustando la dosis de acuerdo con cada paciente.
Así mismo, durante el mantenimiento en procesos quirúrgicos o procedimientos que causan dolor, se pueden administrar analgésicos en infusiones intravenosas continuas, tales como fentanilo, ketamina o lidocaína.
La configuración del mejor protocolo anestésico debe considerar las variables asociadas al paciente (historia clínica, clasificación ASA), al procedimiento (tipo de cirugía) y las condiciones logísticas (capacidad de la clínica), entre otras.
La importancia del monitoreo anestésico en mascotas
Las mascotas durante el protocolo anestésico pueden tener afectación de su fisiología. Estos cambios se evidencian como hipotensión, hipotermia, hipoxia, hipovolemia, vasodilatación, arritmias, entre otras. Por este motivo, se debe configurar en primer lugar un protocolo anestésico adecuado a cada paciente para realizar un procedimiento seguro. Adicionalmente, es importante instaurar un monitoreo permanente de las variables fisiológicas para ajustar continuamente el protocolo.
El monitoreo del protocolo anestésico debe vigilar las variables cardiovasculares como el ritmo cardiaco, la frecuencia cardiaca, la oxigenación y la perfusión de los tejidos. Este monitoreo se realiza mediamente palpación del pulso, auscultación, revisión de mucosas, electrocardiograma, pulsioximetría, entre otras.
Paralelamente, es necesario revisar la ventilación del paciente, asegurándose del correcto intercambio gaseoso y un óptimo nivel de oxígeno en sangre. Para ello, se debe monitorear la frecuencia respiratoria, auscultación, capnografía y pulsioximetría. Así mismo, la anestesia puede generar hipotermia o hipertermia, por lo que debe monitorearse la temperatura rectal o esofágica de forma periódica.
Finalmente, el protocolo anestésico se complementa con un correcto manejo posoperatorio, recuperación y analgesia. Entre los fármacos recomendables para la analgesia posoperatoria están los AINES como el meloxicam o el carprofeno.
Estos analgésicos en mascotas pueden ser combinados con opioides como la buprenorfina o el tramadol. La elección del analgésico se debe realizar según la intensidad de dolor que pueda presentar el paciente y su condición de salud.
Conclusiones
Los protocolos anestésicos deben considerar una serie de recomendaciones y factores para configurarlo de forma segura a cada paciente. Para ello, se debe llevar una completa anamnesis, examen clínico, clasificación ASA del paciente y ajuste del protocolo según el procedimiento y las variables de cada paciente.
Es fundamental realizar una buena elección de fármacos para la premedicación, inducción, mantenimiento y manejo analgésico del protocolo anestésico. Así mismo, es necesario llevar el monitoreo permanente en cada paciente durante el procedimiento.
Laboratorios ERMA recomienda XILACINA por su efecto sedante y analgésico en mascotas. La XILACINA 2% puede ser usada en perros y gatos de forma segura, bajo un cuidadoso criterio veterinario y ajuste del protocolo a cada paciente. Este fármaco es útil en intervenciones quirúrgicas, y se puede combinar con KETAVET (Ketamina) para procedimientos en gatos.
KETAVET de Laboratorios ERMA es un anestésico disociativo compuesto por Ketamina, el cual tiene propiedades anestésicas, sedantes, amnésicas y analgésicas en mascotas. Se puede utilizar para la inducción o el mantenimiento dentro del protocolo anestésico en perros y gatos. KETAVET de ERMA tiene una acción rápida por vía intravenosa y se puede combinar con Xilacina para reducir la dosis requerida de ambos fármacos.Por último, para generar anestesia local mediante infiltración, bloqueos nerviosos, anestesia epidural o regional, laboratorios ERMA recomienda Lidocaína. Este fármaco se puede administrar por vía subcutánea o epidural en mascotas para procedimientos en zonas corporales específicas sin causar dolor en la mascota.
REFERENCIAS
- Bednarski, R., Grimm, K., Harvey, R., Lukasik, V. M., Penn, W. S., Sargent, B., & Spelts, K. (2011). AAHA anesthesia guidelines for dogs and cats. Journal of the American Animal Hospital Association, 47(6), 377-385.
- Huayta Huanca, J. D., & Ureta Escobedo, A. (2016). Combinación Xilacina, Tramadol, Diazepam y Ketamina como protocolo anestésico para ovario histerectomía canina en campañas de esterilización y sus efectos en las constantes vitales. Revista de Investigaciones Veterinarias del Perú, 27(4), 680-686.
- Muir, W. W., & Hubbell, J. A. (2012). Handbook of veterinary anesthesia. Elsevier Health Sciences.
- Portier, K., & Ida, K. K. (2018). The ASA physical status classification: what is the evidence for recommending its use in veterinary anesthesia?—A systematic review. Frontiers in veterinary science, 5, 204.
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OMAR A. LOPEZ RAMIREZ, MV – Universidad Nacional de Colombia
Gerente de Mercadeo – Laboratorios ERMA